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Lalo Cárdenas habla, pero el ingeniero dicta: Lo que realmente quiso decir

6 días atrás

La reciente renuncia de Lalo Cárdenas como secretario del Ayuntamiento de Ciénega de Flores ha levantado más polvo del que él mismo esperaba. En un intento por justificar su salida, Lalo presentó una serie de razones que, al desmenuzarlas, resultan más en un conjunto de cortinas de humo que en argumentos sólidos. Lo que dijo y lo que realmente quiso decir son dos cosas muy diferentes, y en Cienegrilla, con nuestras fuentes siempre bien colocadas, vamos a desentrañar la verdad detrás de sus palabras.

Uno de los principales argumentos de Cárdenas fue que el alcalde Miguel Quiroga ya había “posicionado” que heredaría el puesto a su esposa o a su hermano, cerrándole las puertas a cualquier aspiración legítima dentro de la administración. Sin embargo, lo que realmente ocurrió es que el propio Quiroga invitó a Lalo a enfocarse en su trabajo y le aseguró que, llegado el momento, sería la ciudadanía quien decidiría mediante encuestas quién sería el mejor posicionado para la candidatura a la alcaldía. El alcalde dejó claro que está enfocado en terminar los proyectos prioritarios para el bien del municipio antes de pensar en temas electorales. Además, Lalo sabe perfectamente que Miguel siempre ha cumplido los acuerdos, no solo con él, sino con todos los que lo rodean, algo que quedó demostrado en su primera administración. Entonces, ¿de dónde viene realmente esta acusación? Pues de su padrino político, el ingeniero Quiroga, quien parece estar moviendo las piezas por intereses personales.

Otro de los puntos que Lalo quiso vender como motivo de su salida fue que no podía seguir en un gobierno que despedía injustamente a trabajadores que lo apoyaban. Pero aquí va la verdad: varios de esos despedidos fueron personas que el ingeniero Quiroga le ordenó a Lalo que metiera en el ayuntamiento desde la administración pasada. Muchos de ellos ni siquiera cumplían con su trabajo; simplemente cobraban sin presentarse o, en el mejor de los casos, “calentaban la silla”. Ahora que los intereses del ingeniero y del alcalde se distancian, Lalo y su grupo han salido en bloque, dejando a quienes realmente trabajaban en medio de su conflicto político. Miguel Quiroga, buscando priorizar la eficiencia y el compromiso con el municipio, decidió prescindir de aquellos que no aportaban al quehacer diario.

Finalmente, Lalo señaló que su renuncia se debía a la falta de un liderazgo que tomara decisiones propias y que el municipio estaba siendo manejado por manos ajenas. Sin embargo, aquí es donde más se evidencia la influencia de su padrino político. Las finanzas en Ciénega de Flores han sido uno de los aspectos más controlados y transparentes de la administración de Miguel Quiroga. Con un sistema que evita las transferencias electrónicas y requiere la firma personal del alcalde en cada cheque, el manejo financiero está lejos de estar en manos de terceros. Es más, el secretario de finanzas, amigo cercano de Lalo, sabe mejor que nadie que nada se mueve sin la autorización del alcalde. Esta narrativa de “manos ajenas” parece más un guion dictado por el ingeniero Quiroga, quien tiene claros intereses en posicionar a su hijo, Betito Quiroga, en la próxima contienda electoral.

En resumen, lo que Lalo Cárdenas quiso decir no es más que un eco de las instrucciones de su padrino político. Su renuncia y las razones que expuso no son más que un intento por justificar un movimiento que, al final, podría dejarlo atrapado entre dos fuegos. En Cienegrilla, estaremos atentos para seguir destapando lo que hay detrás de esta y otras maniobras políticas. Porque en Ciénega de Flores, las verdades siempre salen a flote.